Quiero dedicarle esta fic a mi amiga Bea, que está siempre que la necesito. Te adoro amiga <3
Su trenza se deslizó por su hombro cuando la joven se inclinó para contemplar su reflejo en el agua. El pequeño charco le devolvió su imagen mientras se acomodaba los mechones de pelo oscuro que se le habían salido de lugar. La mañana era fría y se colaba hasta los huesos. Los arboles pintaban el lugar con sus hojas de tonos amarillos, naranjas y marrones: el otoño hacía presencia notablemente.
La
muchacha siempre había amado ese lugar desde que era pequeña. De algún modo, la
hacía sentir llena de vida. En esta época del año, se la pasaba recogiendo
manzanas cada vez que podía. Se llevaba un cesto y podía pasarse horas juntando todo lo que el bosque le proporcionaba.
La
joven se levantó y continuó su marcha por el lugar mientras que de su mochila
(que había confeccionado ella misma y, aunque era de una tela muy fina,
resistía bastante) sacó unos guantes para ir hacia los arbustos y no lastimarse. Fue de seto en seto, de árbol en
árbol, guardando bayas, manzanas y diferentes frutos, hasta que llegó a la
saliente rocosa que daba al valle. El paisaje que se alzaba ante ella era un
espectáculo de colores. Decidió que era un buen momento para descansar y guardó
los guantes, se sentó y sacó una manzana del cesto. La lavó con un poco de agua
que llevaba en su cantimplora y comenzó a quitarle la cáscara…
En lo más profundo
del prado, allí, bajo el sauce,
Hay un lecho de
hierba, una almohada verde suave;
Recuéstate en
ella, cierra los ojos sin miedo
Y, cuando los
abras, el sol estará en el cielo.
La
muchacha se sobresaltó. Sin darse cuenta, había comenzado a entonar una canción
que había oído desde que tenía consciencia, pero que no había cantado desde que
tenía al menos ocho años. Hizo una mueca al tratar de recordar la siguiente
estrofa, pero su mente había quedado en blanco. Con frustración, siguió con su
manzana, pero un canturreo la hizo estremecerse y mirar hacia los árboles, de donde
provenía el sonido. Un grupo de pájaros estaban situados sobre ella. Eran de
color negro y sus alas tenían algo de blanco en su interior.
Pero lo
más importante era que estaban entonando su canción.
La
joven disfrutó cada nota. Era algo único e increíble y nunca en su vida había
visto –u oído- algo semejante. Cuando los pájaros terminaron, luego de un rato
de repetir y modificar la canción, al ver que no había más sonido, se alejaron del
lugar saltando de rama en rama. La muchacha guardó la manzana, y se fue detrás
de ellos, sin perder tiempo. Ella volvió
a cantar lo poco que recordaba de la canción y los pájaros se detuvieron para
repetirla una vez mas. La joven quedó
asombrada de nuevo. ¿Cómo era eso posible? ¿Por qué podían hacerlo? ¿Cómo era que…?
Y
entonces ella los recordó. Los Sinsajos.
Su tío,
las veces que los visitaba, antes de dormir o los días de invierno cuando
estaban frente al fuego, siempre tenía algo para contar. A pesar de que tenía
quince años, ella nunca se consideraba lo suficientemente
mayor para ignorar las historias de él, que estaban llenas de conocimientos.
Una vez, éste les había relatado la historia de los Sinsajos, una mezcla entre
Charlajos y Sinsontes. Pero ese era otro cuento. Este tipo de ave, podía imitar
cualquier sonido en diferentes tonos. Si les cantabas o silbabas, eran
capaces de recordar hasta la última palabra o nota y luego entonar su hermosa
melodía. Pero su tío creía en que se habían extinguido hacía mucho y la
muchacha había perdido toda esperanza de ver alguno. Al parecer no era así.
La
joven continuó siguiendo a los pájaros, olvidando por completo donde estaba. No
le importaba tampoco; lo único que
quería era no perder de vista a los que probablemente eran uno de los últimos
grupos de Sinsajos que vería en su vida.
Continuó siguiéndolos por horas, pasando por todo tipo de lugares nuevos y de vez en cuando entonando
alguna que otra canción que se le venía a la mente. También se detenía a
dibujarlos mientras cantaba a la vez. En
un momento, ella no vio un tronco que se interponía en el camino, tropezó con él y
cayó. La muchacha hizo una mueca de dolor. Se incorporó y, levantándose cuidadosamente su
pantalón, observó su pierna y se veía magullada; solo esperaba no tener nada
fuera de lugar. Maldijo por lo bajo al ver que los pájaros se habían alejado.
Se levantó y reprimió un grito de dolor. Le dolía más de lo que esperaba. De
mala gana, estuvo a punto de volver sobre sus pasos –si es que podía acordarse
como volver– pero lo que observó la hizo quedarse helada en el lugar.
Frente
a ella, se extendía un precioso lago de agua cristalina. Cerca de su orilla, se
alzaba una vieja casa hecha de hormigón que desafiaba con venirse abajo en
cualquier instante. Había cuatro huecos cuadrados, de los que allí
probablemente habrían estado situadas las ventanas. La joven vaciló, pero sus
pies respondieron antes ignorando el dolor de su pierna derecha y se acercó.
Cuando estuvo a una distancia prudente, miró a través de una de las aberturas.
Lo único que se distinguía entre el polvo y los escombros era una chimenea
también de hormigón. Luego se volvió para contemplar el lago una vez más. La
casa le daba un toque espeluznante a la escena, sobre todo porque allí reinaba
el silencio, pero era increíble de todas formas.
La
muchacha asomó su cabeza por el umbral de donde habría estado la puerta. Quería
saber que había exactamente allí dentro. Si encontraría algo. La curiosidad
volvió a ganarle y estuvo a punto de pisar el interior cuando oyó una voz a sus
espaldas.
–Eso es peligroso.
La joven retrocedió de un salto mientras
hacía una mueca. Al darse la vuelta, un chico de cabellos oscuros se acercó a
ella. Se detuvo a una distancia prudente y se la quedó mirando con los brazos
cruzados. No debía tener más de dieciséis años.
–¿Quién eres? –Preguntó el muchacho entornando
los ojos.
–¿Te importa? –Respondió la chica. Aquella
situación no le gustaba en absoluto. Quería correr e internarse en el bosque
pero se limitó a sostenerle la mirada mientras se cruzaba de brazos también.
–Quiero saber porque estabas por cometer esa
estupidez.
–¿Cuál estupidez? Solo estaba observándola, es
todo –Ella no tenía porque darle explicación alguna. Comenzó a caminar para
irse, reprimiendo todo gesto de dolor pero él le cerró el paso y la miró
directamente a los ojos.
–Si entras ahí alguna vez, quedarás bajo escombros en menos
de un minuto. –El joven estaba tan cerca que podía sentir su aliento. La muchacha
se sonrojó, no por la cercanía, si no porque quizás él estaba en lo cierto.
Ahora que lo veía de cerca, pudo observar que sus ojos eran de color marrón claro.
Retrocedió un paso.
–Nunca te he visto por estos lugares.
–No soy de aquí. Mi padre me trae cada vez que puede para
enseñarme los bosques, y siempre que vengo…–el muchacho desvió la mirada hacia los árboles e inspiró aire– No
quiero irme.
–Lo sé.–Respondió ella– Es increíble –murmuró, mirando
al suelo.
El chico sonrió.
–Bien, extraña. ¿Estás perdida o algo? –Al ver
que la muchacha no respondía, añadió- ¿Quieres que te cargue? Creo que tu
pierna necesita algo de atención.
La joven lo miró y apretó los puños. Supuso
que no era muy buena reprimiendo emociones.
–No, gracias. Estoy bien.
–No tienes porque hacerte la fuerte. –Respondió
el chico dando un paso hacia ella. –Solo trato de saber que haces aquí y
ayudarte.
–No me hago la fuerte, lo soy. Tampoco tengo
cinco años. Y el porqué estoy acá no es de tu incumbencia –La muchacha dio
media vuelta y comenzó a alejarse pero el joven la tomó por el brazo, sin
hacerle daño pero lo suficiente para hacerla dar vuelta y mirarlo a los ojos.
–Se que estas perdida, te he estado observando.
Dime de donde vienes y puedo orientarte. Se como hacerlo.
La muchacha cerró los ojos y suspiró. Él
tenía razón. Era su única forma de volver, ya que no tenía idea de donde
estaba. Miró una vez más el lugar y pensó que podría volver alguna vez. El joven
la soltó.
–Está bien. Pero si intentas algo estúpido, tu cara no lo va a pasar nada bien. Mi pierna estará
dolorida pero mis manos no lo están. ¿Entendido?
Una media sonrisa se formó en la cara del
chico.
–Andando, extraña. Tendré tu amenaza en cuenta.
La muchacha le describió lo mejor posible por donde había venido y trató de recordar cada paso que daban, así sabría como volver sin
perderse otra vez. Cada vez que ella tropezaba por culpa de su pierna y él la
ayudaba a levantarse y caminar, se sentía idiota. Estaba confiando en un
completo desconocido, pero era la única opción que tenía. Aunque… confiaba en él. No sabía exactamente porque, pero lo hacía. Y el chico también, ya que le contaba
sobre su vida como si se conociesen desde siempre. En todo el trayecto, solo
se detuvieron a descansar una vez y ella le había compartido una de sus preciadas
manzanas.
Llegados a un punto, la joven supo exactamente
donde se encontraban.
–Gracias por ayudarme. Desde aquí puedo seguir
sola.
–No hay de que, después de todo no tuviste que
aplicar tu amenaza –La chica le dio un golpe suave en el hombro mientras reía–¿Segura
de que puedes ir sola?– El chico miró la pierna de la joven, levantando las cejas.
–Segura. Mi casa está cerca y probablemente estén
bastante preocupados.–Respondió. No la pasaría nada bien al
ver que había vuelto tan tarde–Y más si llego con un extraño–Añadió.
El chico sonrió. La muchacha se dio vuelta y
estuvo a punto de irse, cuando él apoyó una mano sobre su hombro.
–No me has dicho tu nombre.
La joven se dio vuelta mientras él
extendía su mano. Ella la miró con vacilación. Él la había ayudado y a
pesar de que era arrogante por momentos, reconoció que era buena persona. Y, por alguna extraña razón, le tenía confianza. Más de la que debería.
Finalmente, estrechó su mano.
–Susie Mellark.
El joven le dedicó una media sonrisa.
–Alex Hawthorne.
OH MY GOD! ME HAS DEJADO SIN PALABRAS, SOFI.
ResponderEliminarLo primero: ¡¡ME HAS DEDICADO EL FIC!! Cuando me lo dijiste por twitter me emocioné muchísimo, no te imaginas la ilusión que me hace. :,) ¡GRACIAS AMIGA! <3
Y ahora vamos con el fic en si: IMPRESIONANTE. Nada más leer las primeras palabras 'Su trenza se deslizó por su hombro...' supe que iba a ser la pequeña de Katniss y Peeta.
Lo has descrito todo tan perfectamente que me has hecho sentirme como su estuviera con la chica, viendo lo mismo que ella.
Cuando he leído la canción del Valle y la explicación sobre los sinsajos mi mente se iba continuamente a la historia de Suzanne y tengo cinco palabras que decirte ESTOY MUY ORGULLOSA DE TI. AMO como escribes y ese fic es PERFECTO.
'Está bien. Pero si intentas algo estúpido, tu cara no lo va a pasar nada bien. Mi pierna estará dolorida pero mis manos no lo están. ¿Entendido?' GOD, JAJA OLE SUSIE, se nota que es hija de Katniss.
Y el final...
'-Susie Mellark.
El joven le dedicó una media sonrisa.
–Alex Hawthorne.' Y YO ESTOY COMO ASDFGHJKLGFKJFKLDSKFDÑ ELLOS. <3 Una parte de la historia se repite.
Sigue escribiendo, Sofi, siempre, porque lo haces genial. :) Te adoro, amiga. <3
Love always, B.
SADFSADF la verdad no tengo palabras para agradecerte todo, Bea. Te mereces la dedicatoria y más. Te adoro mucho<3
EliminarEmm, este fic no puede ser mas perfecto, srsly. Lo ame demasiado, tengo ganas de imprimirlo y ponerlo dentro del libro THG. ES DEMASIADO PARA MI (? DEO DEO DEO ALEX YA SABES CON QUIEN TE METES! JAJAJAJAJA ESA SUSIE ES TODA UNA MINI KATNISS JAJAJA. Genial, seguilo que seguro que a muchas presonas les habrá encantado o les encantará tanto como a mí <3
ResponderEliminarHUEVO WANTS MORE OF THIS FIC (? ahque JAJAJA
JAJAJA Muuuuchísimas gracias Agus, en serio. :3
Eliminar¿Pero por qué es tan corto? ¬¬ Justo cuando ya me estoy emocionando y pensando "Cómo mola, cómo mola"... Traca. Lo cortas. Estoy tan triste por quedarme así que creo que nunca volveré a escribir un fic... A no ser que hagas una bonita continuación.
ResponderEliminarAlex es uno de mis nombres favoritos y Susie (Suzanne) pero JO. ¿Por qué no honraron a Prim, a Finnick, a... Todos esos cuquis muertos? Imagínate:
-Soy Primrose Mags Clove Mellark.
-Yo soy Cato Cinna Finnick Hawthorne.
O algo asá (?)
De hecho Susie se iba a llamar Prim, pero pensé que no se iba a dar a entender que eran la hija de Katniss y Peeta JAJAJA :3 Estoy considerando hacer una continuación... Gracias por comentar, Tuli <3
EliminarEl final. El final.
ResponderEliminarYo estaba pensando que iba a ser una historia sobre algún tributo de otro distrito, en plan Johanna o algo y de repente... ¿En serio soy la única que no se ha dado cuenta de que era la pequeña Mellark hasta que lo he leído?
Jopé, está genial. Y es solo el primer capítulo. Y nos has dejado a medias. TIENES QUE SEGUIR, JUM.
¿Para cuándo el siguiente?
<3